16/10/06

Duende

Una máscara bastante vieja y que ha trabajado mucho en psicodrama, en obras de mimo y teatro y en performances de teatro callejero. Ha llegado a convertirse en una máscara muy buscada y que proyecta una profunda significación en quien la usa. A pesar de lo que pueda suponerse no siempre genera el mismo tipo de personajes.
El interior de esta máscara es completamente negro y fue precísamente con esta máscara, con la que comencé a dar tanta o más importancia al interior de las máscaras que a su imagen o acabado exterior.


El interior de las máscaras muestra el aspecto que uno "viste" de la máscara, en oposición al que uno muestra al público – es el lugar que me invita o que me desafía a "entrar en la máscara" y es, como lo expresara una alumna del taller de construcción, la piel que está en contacto más íntimo con mi propia piel cuando me pongo la máscara. Un ¿defecto? de esta máscara es que su interior negro fue pintado con témperas y a pesar de las innumerables capas de fijador y laca que le he dado, nunca pude impedir que quien actúe con esta máscara por un cierto tiempo no termine con la cara manchada de témpera negra. Por eso, más que por su forma, la llamo "el duende", pues se empecina en dejar su impronta en quien la actúe.

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